Este es el sentido del martirio

Este es el sentido del martirio

Estos días han sido sumamente complicados en el ámbito político y social de mi país. Estamos en un momento difícil, de confusión y de mucha persecución. La Iglesia está sufriendo, siendo repudiada, destruída, incendiada. Son definitivamente tiempos de lucha. Es verdad que cuesta mucho e incluso llegamos a preguntarnos: ¿Estoy del lado correcto? ¿Será que todo esto valdrá finalmente la pena? Hoy todo esto estaba especialmente presente en mi cabeza y en mi corazón. Tuve, por gracia de Dios, la posibilidad de asistir a Misa de manera presencial (en mi país aún no abren las Iglesias). Comparto con ustedes la homilía del Padre Marco Kiyan, que además de tocar estos puntos de manera impecable, despejó dudas y enredos que tenía muy dentro. Verán que hace referencia a San Josafat, pues hoy es la fiesta de aquel Santo Martir.  Aquí lo comparto con ustedes. 

“Suele ocurrir, en la mente de nosotros los católicos, que vemos a los mártires de una manera muy romántica. Pensamos, “que hermoso es dar la vida por el Señor”. Y claro que, desde el punto de vista cristiano, es bellísimo ver a una persona que tiene la capacidad de dar un paso hacia el martirio. Sea entregando su vida y derramando su sangre como tantos mártires en la historia de la Iglesia, o sea en aquel martirio diario que mencionaba San Juan Pablo II: El martirio de la coherencia. Por supuesto que hay belleza en él. Pero no pensemos que es fácil. No pensemos que no hubo luchas, que tantos santos mártires no pasaron por enormes dudas. Pongámonos en su lugar, y a eso los quiero invitar el día de hoy.

Cuando él – San Josafat – se encontró frente a sus ejecutores, después de haber trabajado tanto por el Señor, después de haber trabajado tanto por la Iglesia, no habrá pasado por su mente acaso esta duda, esta tentación de pensar: ¿De que valió todo mi esfuerzo? Si ahora me encuentro frente a ellos a punto de perder mi vida. ¿Cuál fue el resultado de todo este esfuerzo? Porque ciertamente no es que haya visto él en vida frutos de aquella lucha que dió. ¿De qué valió todo ese esfuerzo? Pudo pensar San Josafat en los últimos instantes  de su vida.

Es entonces cuando nos encontramos con la constante de todos los mártires: Por el amor que le tienen a Dios y la enorme confianza que tienen en Su Palabra, ellos saben que la eficacia de sus vidas no depende de su esfuerzo. Que la eficacia de sus vidas no es proporcional a los resultados inmediatos. Ellos confían, como debemos confiar nosotros, en la primacía de la gracia. En al primacía del Amor de Dios. En la primacía de su providencia.

«Entonces aquellos actos que Dios nos pide, movidos por la gracia actual, no tendrán solamente una repercusión inmediata, sino una repercusión a largo plazo y de cara también a la vida eterna.»

Entonces, el día de hoy, hermanos, en esta situación en la que nos encontramos, tan confusa en el mundo y también tan confusa en el ámbito político a nivel nacional, en que pareciera que todo lo estable se derrumba, hagamos lo que nos toca. Preguntemos a Dios en la oración: ¿Qué es lo que tú quieres de mí en este momento? Porque a veces ocurre que nos dejamos llevar por exabruptos. Que nos dejamos llevar por impulsos, por emociones, pero no pasamos el filtro de saber: ¿Es esto, Señor, lo que tú quieres de mí? Y habrá ocasiones en que coincidirá aquel impulso con aquello que Dios quiere de nosotros, pero habrá otros momentos en los cuales no. Dependerá de mi capacidad para unirme a Dios en la oración, entrar en Su Corazón, entrar en su mente y por la virtud de la prudencia, saber que es lo que Dios me pide a mí en concreto aquí y ahora. Y aunque desde el punto de vista humano pareciera poco eficiente o incluso inútil, la vida de los grandes santos de la Iglesia y hoy la vida de San Josafat, ilumina nuestro caminar. Y entonces aquellos actos que Dios nos pide, movidos por la gracia actual, no tendrán solamente una repercusión inmediata, sino tendrán, en este mundo una repercusión a largo plazo y de cara también a la vida eterna.

Queridos hermanos, el Señor nos invita el día de hoy a la confianza. A la confianza en su providencia, en su gracia, en su amor. Y le pedimos que tengamos la suficiente lucidez, apertura y docilidad al espíritu de Dios para poder siempre seguir sus mandamientos.

Que el Señor nos consiga las gracias que le pedimos por intercesión de San Josafat.

 

Que el señor los bendiga”.

 

– Padre Marco Kiyan (P.E.S)

 

Por Vale

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