Misterios

Dolorosos

Misterios

Dolorosos

Con Santa Teresa de Ávila

¡Comenzamos!

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contricción

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Credo Nicenoconstatinopolitano

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra,

de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres,

y por nuestra salvación bajó del cielo,

y por obra del Espíritu Santo

se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria

para juzgar a vivos y muertos,

y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo, con el Padre y el Hijo

recibe una misma adoración y gloria,

y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,

que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

Queremos ser de los Tuyos

Queremos ser de los tuyos; de los tuyos de veras,

los que no retrocedan, los que no se desalienten. Los que no conozcan las medias tintas

ni las posturas ambiguas.

Los que lo den todo antes que traicionarte

 

Por eso, te rogamos, que nos enseñes,

que nos formes, que nos venzas y nos enciendas en santa violencia y en afanes de conquista.

 

Haznos apóstoles de tu Reino, luchadores de tu Santa Iglesia, para recorrer el mundo siempre a tu servicio, con la sola ilusión de que Tú reines, de que Tú seas más amado, de que Tú seas más conocido.

 

Nuestra Señora de los valientes, nuestra Señora de los humildes, encarna de muevo a Cristo en nuestra pobre vida.

Amén.

 

Encomendamos en este rosario cada una de nuestras intenciones

Padre Nuestro

3 Ave Marías

Gloria

Primer Misterio

La agonía de Jesús en el huerto

Procuraba representar a Cristo dentro de mí, y lo hallaba mejor en las partes donde lo veía más sólo. Me parecía que, estando solo y afligido, como persona necesitada, tal vez me necesitaría a mí. En especial lo encontraba en la oración del huerto, allí era yo su acompañante, pensaba en aquel sudor y aflicción que allí había tenido; si podía, deseaba limpiarle aquel tan penoso sudor.

Si estás con trabajos o triste, míralo camino del huerto; ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma! 

Carne divina y sin pecado, y sufrió y padeció tanto. ¿Cómo queremos que la nuestra, tan débil y enferma, no sienta la persecución que le puede venir y el cansancio? Y la carne debe sujetarse al espíritu. Junta su voluntad a la de Dios, no se queja.

Padre Nuestro

10 Ave Marías

Gloria

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo y socorre a las más necesitadas de tu misericordia.

 

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, oh gran Señora. Amén

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Segundo Misterio

La flagelación del Señor

Míralo atado a la columna, lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que te ama. Tanto padecer: perseguido por unos, escupido por otros, negado por amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuelva por él, helado de frío, puesto en tanta soledad.

¡Oh Hijo del Padre eterno, Jesucristo, Señor nuestro, Rey verdadero de todo! ¿Qué dejaste en el mundo? ¿Qué podremos heredar de ti nosotros ? ¿Qué recibiste, Señor mío, sino trabajos y dolores y deshonras, y no tuviste sino un madero en donde posar el trabajoso trago de la muerte? En fin, Dios mío, que a los que queremos ser tus hijos verdaderos y no renunciar a la herencia, no nos conviene huir del padecer. Nuestras armas son tus cinco llagas… en ellas debemos permanecer clavados. Si queremos heredar tu reino, no será con descansos, ni con regalos, ni con honras, ni con riquezas. Se ha de ganar como él, con nuestra sangre.

Padre Nuestro

10 Ave Marías

Gloria

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo y socorre a las más necesitadas de tu misericordia.

 

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, oh gran Señora. Amén

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Tercer Misterio

Jesús coronado de espinas

Poderoso es el Señor de hacer de los flacos fuertes y de los enfermos sanos.. Y cuando no lo hace, será lo mejor padecer para nuestras almas y puestos los ojos en su honra y gloria, olvidarnos de nosotros.

No me ha venido trabajo que, mirando cómo estuviste tú delante de los jueces, no se me haga bueno de sufrir. Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán, que se puso primero en el padecer , todo se puede sufrir; es ayuda y da esfuerzo.

¡Y yo, que he de aprender a sufrir un poquito por amor a Dios!

Padre Nuestro

10 Ave Marías

Gloria

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo y socorre a las más necesitadas de tu misericordia.

 

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, oh gran Señora. Amén

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Cuarto Misterio

Jesús con la Cruz a cuestas

Comenzando a despreciar cualquier tipo de reconocimiento, determinémonos sólo a ayudar a llevar la cruz de Cristo, como buenos caballeros, que sin recompensa, quieren servir a su Rey.

¡Oh Señor del mundo, verdadero Esposo mío! ¿tan necesitado estás, Señor mío y Bien mío, que quieres admitir una pobre compañía como la mía? Y veo en tu rostro que te has consolado conmigo.

Padre Nuestro

10 Ave Marías

Gloria

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo y socorre a las más necesitadas de tu misericordia.

 

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, oh gran Señora. Amén

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Quinto Misterio

La crucifixión del Señor

Estaba una persona muy triste delante de un crucifijo, considerando que nunca había tenido qué dar a Dios ni qué dejar por él. El crucificado, consolándola, dijo que él le daba todos los dolores y trabajos que había pasado en su Pasión, para que los tuviese por propios y para ofrecerlos.

Estaba un día incomodando una vez mas al Señor. Él apareció delante de mi y, mostrándome la llaga de su mano izquierda, pude ver su gran dolor, que me permitió sentir también a mi. Me dijo cuánto había pasado Él por mi, y que no dudase, sino que diera lo mejor que pudiese. 

Padre Nuestro

10 Ave Marías

Gloria

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al cielo y socorre a las más necesitadas de tu misericordia.

 

María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, en la vida y en la muerte ampáranos, oh gran Señora. Amén

 

Dios mío yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Oración para sentir con la Iglesia

“Señor Jesús
si de tu Corazón herido
brotó como Esposa tuya muy querida
nuestra Madre Iglesia,
Una, Santa, Católica y Apostólica;
dame un mismo entender, querer y sentir con Ella,
sobre todo en materias
que rocen con el dogma y la moral.
Ame y obedezca con pasión
al Papa, tu Vicario,
y una obediencia también rendida
a los sucesores de tus Apóstoles,
nuestros Obispos.
Hijo fiel de tu Iglesia hasta la muerte,
su doctrina me ilumine, sus glorias me honren,
sus persecuciones me aflijan,
sus fallas me estimulen;
por Ella ore, por Ella trabaje,
por Ella sucumba.
Así sea.

Letanias

Lauretanas

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

 

Dios, Padre celestial, 
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,

Dios, Espíritu Santo, 
Santísima Trinidad, un solo Dios,

 

Santa María, 
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo, 
Madre de la Iglesia, 
Madre de la misericordia, 
Madre de la divina gracia, 
Madre de la esperanza, 
Madre purísima, 
Madre castísima, 
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada, 
Madre amable, 
Madre admirable, 
Madre del buen consejo, 
Madre del Creador, 
Madre del Salvador, 
Virgen prudentísima, 
Virgen digna de veneración, 
Virgen digna de alabanza, 
Virgen poderosa, 
Virgen clemente, 
Virgen fiel, 
Espejo de justicia, 
Trono de la sabiduría, 
Causa de nuestra alegría, 
Vaso espiritual, 
Vaso digno de honor, 
Vaso de insigne devoción, 
Rosa mística, 
Torre de David, 
Torre de marfil, 
Casa de oro, 
Arca de la Alianza, 
Puerta del cielo, 
Estrella de la mañana, 
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores, 
Consuelo de los migrantes,
Consoladora de los afligidos, 
Auxilio de los cristianos, 
Reina de los Ángeles, 
Reina de los Patriarcas, 
Reina de los Profetas, 
Reina de los Apóstoles, 
Reina de los Mártires, 
Reina de los Confesores, 
Reina de las Vírgenes, 
Reina de todos los Santos, 
Reina concebida sin pecado original, 
Reina asunta a los Cielos, 
Reina del Santísimo Rosario, 
Reina de la familia, 
Reina de la paz.

 

 

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, 
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. 
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

 

ORACIÓN. 
Te rogamos nos concedas, 
Señor Dios nuestro, 
gozar de continua salud de alma y cuerpo, 
y por la gloriosa intercesión 
de la bienaventurada siempre Virgen María, 
vernos libres de las tristezas de la vida presente 
y disfrutar de las alegrías eternas. 
Por Cristo nuestro Señor. 
Amén.

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra.

 

Dios te salve.

 

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,

a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

 

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,

vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,

y después de este destierro, muéstranos a Jesús,

fruto bendito de tu vientre.

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Amén