Síguenos en redes:

Solo Dios basta:

lo que aprendí de Teresa

15 Oct- 22

Para darte gloria

Que fácil cambian nos cambian los planes, que poco tenemos en nuestro control y qué importante es aprender a soltar el timón. De un tiempo aquí, que muchas cosas en mi vida han cambiado por completo y muchas cosas son aún inciertas que aprendido algo con seguridad: la grandeza de la vida no radica en aquello que suceda o deje de suceder.

Leer más »

Feliz cumpleaños mejor amiga

Una vez Mafer me dijo que había entendido que una forma de conocer más a Jesús era conociendo más también a las personas que ella tenía cerca. Recuerdo que estábamos las dos en el carro, yendo a algún sitio juntas – como siempre – y

Leer más »

Josemaría, amigo enamorado

No puedo explicarles cuánto me ha enseñado San Josemaría sobre el amor a Jesús. Y aunque intente contarles, la experiencia interior de tener a un santo — ¡y a qué santo! — como amigo es impresionante. En estos dos años y un poco más que llevo conociéndolo, me ha tomado de la mano con firmeza pero con ternura y me ha llevado cerca, muy cerca del Corazon de Cristo; que además era su lugar preferido en el mundo.

Leer más »

Mirar a Jesús

Estos últimos días y semanas el Señor me ha estado hablando mucho de la confianza y de lo importante que es permanecer mirándole.
El otro día en el libro que estoy meditando, leía una anécdota sobre Madre Teresa que quería compartirles y que calzó exactamente con lo que conversaba con Jesús en oración en estos días.

Leer más »

El corazón humano naturalmente desespera ante la incertidumbre. ¡Cuán a menudo nos encontramos angustiados, reclamando respuestas, acciones inmediatas o explicaciones! El corazón se rompe, porque le cuesta desprenderse de su propia seguridad para descansar en lo único verdaderamente seguro: Cristo mismo.

Santa Teresa de Jesús escribe que Dios es lo único que colma todas nuestras necesidades, hasta las más profundas: lo único y lo primero. Cristo, en sí mismo, contiene todo el sentido de nuestra existencia personal. Como dice Hechos de los Apóstoles: "pues en él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17:28). En Cristo está la historia de nuestra vida, de nuestra vocación, de nuestro propósito; porque por Él hemos sido llamados. Y también en Cristo se esconden los mínimos detalles de cada minuto de nuestra vida: nuestros sentimientos, pensamientos, deseos, anhelos, impulsos interiores; hasta los que creemos fugaces y poco importantes. Incluso aquellos que creemos que nadie conoce.

Dios conoce nuestra espera. Dios conoce nuestras constantes consultas y, por el contrario de lo que solemos creer, siempre nos responde. Rompe el silencio y grita: ¡Espera, confía! ¡Espera con calma! Yo me estoy encargando. Y entonces te recuerda sus promesas: te conoce completamente, y no ha dejado nada al azar; te pensó perfectamente: no solo conoce tu interior, tus anhelos, tus pensamientos, sino que Él mismo los puso en lo más profundo de tu corazón.

Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. ¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.

Dios te ve en tu individualidad y te llama por tu nombre, donde quiera que te encuentres, te ve y te comprende porque Él te ha hecho. Y ahora que sabemos que somos completamente amados y conocidos, ¿por qué desesperamos? Nos corresponde profundizar en ese amor y meditar en ello, de manera que estemos cada vez más convencidos de esa realidad. Solo entonces seremos capaces de repetir con Teresa de Ávila: solo Dios basta, porque en Él confío, porque Él dispone todo en su sabiduría eterna, porque lo que Él me de será siempre lo bueno. Solo Dios basta porque el amor que me tiene me permite ver gracia y salvación incluso en la tormenta, en la Cruz, en el dolor, en el sufrimiento. Solo Dios basta y por eso debemos pedir la gracia y ejercitarnos en ver todos los acontecimientos de nuestra vida con mirada sobrenatural: sabiendo que nada escapa de sus manos, de su providencia.

Solo Dios basta y por eso podemos descansar en la espera, sabiendo que todo está bajo su control. Sobrenaturalizar la espera, calmando así al corazón cuando sea necesario, porque, como continúa el poema: la paciencia todo lo alcanza. En la espera Dios moldea tu fe, te prepara para recibir aquello que tiene preparado. En la espera se trabaja la confianza completa y rendida en el amor infinito de Cristo. En la espera aprendemos a identificar también dónde están los bienes eternos, infinitos; aprendemos a trabajar en negocios eternos porque comprendemos que estamos llamados más: a santificarnos, a invertir en nuestra alma, en nuestra vida interior, en nuestra reciedumbre. La espera es tiempo propicio para mirar hacia adentro, para allanar el camino, para crecer, para cuidarnos, para cultivar con calma aquello que Dios nos promete que pronto cosecharemos.

Aprendamos de Teresa a repetir todos los días: solo Dios basta. Aprendamos a aferrarnos al amor y esperar en Él. Profundicemos en estas palabras que sugieren que en Cristo estamos ya completos, que Él es el único que puede colmar todo lo que somos y soñamos. Solo Dios basta, y esto es verdad para quienes comprendieron que toda, absolutamente toda nuestra existencia está en Cristo. Tengamos presente la llamada eterna que encierra esta afirmación: Dios basta hoy y Dios basta eternamente. Fuimos creados para ser completos en Él.

Santa Teresa De Avila, maestra de vida interior y conocedora de los misterios del amor de Cristo, tómame de la mano y acompáñame a hacer vida aquello que tú asegurabas: solo Dios basta.

Santa Teresa de Jesús, ora pro nobis.

Comparte este contenido:

WhatsApp
Twitter
Facebook

Para darte gloria

Que fácil cambian nos cambian los planes, que poco tenemos en nuestro control y qué importante es aprender a soltar el timón. De un tiempo aquí, que muchas cosas en mi vida han cambiado por completo y muchas cosas son aún inciertas que aprendido algo con seguridad: la grandeza de la vida no radica en aquello que suceda o deje de suceder.

Leer más »

Feliz cumpleaños mejor amiga

Una vez Mafer me dijo que había entendido que una forma de conocer más a Jesús era conociendo más también a las personas que ella tenía cerca. Recuerdo que estábamos las dos en el carro, yendo a algún sitio juntas – como siempre – y

Leer más »

Josemaría, amigo enamorado

No puedo explicarles cuánto me ha enseñado San Josemaría sobre el amor a Jesús. Y aunque intente contarles, la experiencia interior de tener a un santo — ¡y a qué santo! — como amigo es impresionante. En estos dos años y un poco más que llevo conociéndolo, me ha tomado de la mano con firmeza pero con ternura y me ha llevado cerca, muy cerca del Corazon de Cristo; que además era su lugar preferido en el mundo.

Leer más »

Mirar a Jesús

Estos últimos días y semanas el Señor me ha estado hablando mucho de la confianza y de lo importante que es permanecer mirándole.
El otro día en el libro que estoy meditando, leía una anécdota sobre Madre Teresa que quería compartirles y que calzó exactamente con lo que conversaba con Jesús en oración en estos días.

Leer más »

¡Aquí hay más contenido!

Podcast by Voluntas Tua